Una gran desventaja en la docencia homeopática es que a causa de que la sexta edición del Órganon se publicó muchos años después de la muerte del autor, en el interin surgieron homeópatas muy talentosos, principalmente el Dr. Kent, que contribuyeron al desarrollo de la homeopatía pero a la luz del Órganon quinta edición. Una de las principales consecuencias de esto es que la escala cincuetamilesimal (LM) brilla por su ausencia en la práctica de un gran número de homeópatas contemporáneos, dado que se formaron en la escala centesimal y dosis únicas. Si aprendieron así, y de esa forma hicieron su experiencia con muy buenos resultados es entendible que lo sigan enseñando.
Pero afortunadamente hay homeópatas que habiendo comprobado la tremenda diferencia que hay entre ambas escalas a favor de la LM, optaron por el uso de ésta; más aún, debemos considerar que el propio Hahnemann no solo afirma, refiriéndose a la LM en el parágrafo 247, de las grandes ventajas para el enfermo debido a “mi nuevo y perfecto método modificado”, sino que toda la sexta edición está estructurada en función de esta escala.
De cualquier forma, no habría mayores problemas si en definitiva algunos homeópatas usaran una u otra escala según su personal preferencia. Pero aquí surge otra cuestión: muchos profesionales que comienzan a usar la LM, por estar desprevenidos, la utilizan con criterios inadecuados.
A continuación daremos algunos ejemplos de errores que se cometen en el uso de la LM:
1. Comenzar el tratamiento con la escala centesimal y suponer que la LM es una continuación obligada de ella, en aquellos enfermos que anduvieron bien al principio y se detiene la mejoría.
2. Utilizar criterios correspondientes a la escala centesimal con dosis únicas en al administración de la LM; por ejemplo: después de la notable mejoría con una potencia determinada de un medicamento, supongamos Lyc 3LM, esperar que la mejoría se detenga y recién entonces volver a administrar la siguiente potencia.
3.Utilizar una misma potencia de un medicamento bien indicado mucho más tiempo del que recomienda Hahnemann. Hemos visto homeópatas de altísimo prestigio utilizar la misma dinamización en LM durante meses. Justamente en el parágrafo 248 explica el maestro que se debe dar solamente siete tomas de cada potencia, en una o dos semanas según si las tomas son diarias o día de por medio. Después de ese número de tomas “se agota la solución”, la explicación de por qué se agota la solución reside en que si por cada toma el paciente debe realizar 10 sucusiones, al llegar a la séptima toma del mismo medicamento realizó setenta sucusiones.
Teniendo en cuenta que en la escala LM para pasar de una potencia a otra se deben realizar 100 sucusiones, pero esto debe acompañarse además de una reducción de la materia de 1 en 50000, justamente para atenuar la fuerza del medicamento y por lo tanto la violencia de su acción; vale decir que si seguimos administrando una misma potencia más de 10 tomas sin dividir la materia corremos el riesgo que aparece cuando no se cuida la dosis, de lo que hablaremos enseguida.
4. Comenzar la administración del medicamento a partir de potencias LM elevadas descartando un rango de potencia absolutamente útil; Hahnemann utiliza dos conceptos fundamentales por su importancia práctica: la fuerza medicamentosa (par.275) y el poder del medicamento (par.269). A la primera la regula modificando la dosis del remedio y a la segunda con el manejo de la potencia. Entonces, si lo que se pretende con la modificación de la potencia es el desarrollo gradual del poder medicamentoso, y expresamente aclara que se debe empezar por los grados más bajos de potencia y elevarlos en las enfermedades crónicas hacia las más altas (par.247, llamada 132) (par.270, llamada 155), probemos de hacerlo así y disfrutemos de sus beneficios.
5. Pasar de una potencia menor a otra varios grados mayores en forma rutinaria y sin ningún motivo clínico que así lo justifique.
6. Olvidar el concepto de agravación final propio en el uso de esta escala; esto quiere decir que si no se regula la fuerza medicamentosa mediante la máxima atenuación de las dosis provocamos agravaciones prematuras para el uso de esta escala.
7. Casi todos los médicos que usan la LM tienen en cuenta el aumento progresivo de la potencia que debe haber en cada nueva toma de la medicación pero no le dan importancia al necesario aumento gradual también de la dosis (par.248 y 280). Es decir que en la escala LM Hahnemann aconseja que gradualmente se eleve no solamente el poder medicamentoso sino también la fuerza del remedio.
Los ejemplos pueden seguir pero preferimos hacer hincapié en algo mucho más serio que todo lo que dijimos es un error cometido por muchos que usan la escala LM. Nos referimos a aquellos que juzgan la evolución del tratamiento con la escala LM con los criterios de las observaciones pronosticas de Kent. Y este es el tema a tratar en este ateneo.
Hoy pues, nos proponemos principalmente dos cosas:
A. Demostrar que las observaciones pronosticas de Kent son solamente aplicables a la escala que usaba él (centesimal con dosis únicas) y , con todo respeto a este gran maestro, que estas observaciones adolecen de fallas de interpretación debido simplemente al descuido en la aplicación de las dosis.
B. Que las observaciones pronosticas para la escala LM están escritas con la profundidad, simplicidad y practicidad características de Hahnemann en el propio Órganon sexta edición.
A. Observaciones pronosticas de Kent a la luz del Órganon sexta edición.
En su Filosofía Homeopática, lección XXXV, kent enseña a hacer pronóstico después de una prescripción, es decir, entender los cambios que e producen en el enfermo después de la administración de un remedio homeopático, en dosis única. Si leemos con detenimiento toda la obra de Kent, pero especialmente la lección XXXIV, titulada Agravación Homeopática veremos que este médico confunde dosis con potencia y que en absoluto respeta la dosificación a la hora de medicar. Esto evidentemente se debe a razones filosóficas personales pues seguía fielmente a Swedenborn y a su doctrina de las series y los grados. Por lo tanto Kent no le dio crédito a las serias advertencias de Hahnemann en el manejo de la dosis tanto en las patogenesias como en el tratamiento de los enfermos. Podríamos ser benevolentes con Kent si a esto Hahnemann lo hubiera dicho recién en la sexta edición del Órganon que Kent no conoció; pero lo notable es que el tema de la dosis, es decir la cantidad de medicamento, ya está claramente destacado en la quinta edición y en el libro de Enfermedades crónicas, obras que Kent si leyó.
Revisemos pues algunas de las observaciones pronosticas de Kent a la luz del problema de la dosis:
Primera observación pronostica: “prolongada agravación seguida con aniquilamiento del enfermo”.
Interpretación de Kent: es un caso incurable debido a que si la enfermedad orgánica es importante entonces un remedio demasiado profundo produjo una destrucción de todo el organismo. Consejo: empezad con una dosis baja: 30 o 200.
Segunda observación pronostica: “después de persistente agravación, lenta mejoría”.
Interpretación de Kent: estaba comenzando en el enfermo un profundo cambio en los tejidos de algún órgano. Consejo: en casos dudosos siempre empezar con bajas potencias y estamos preparados para antidotar el medicamento.
Tercera observación pronostica: “agravación rápida, corta y fuerte seguida de rápida mejoría del enfermo”
Interpretación de Kent: es un caso en que no había cambios estructurales de ninguna clase en los órganos vitales (hígado, riñón, corazón y cerebro). Solamente puede haber cambios orgánicos superficiales, en órganos que no son vitales.
Cuarta observación pronostica: “después de administrar el remedio no se presenta agravación de ninguna clase”
Interpretación de Kent: en estos casos no hay enfermedad orgánica ni tendencia a ella. Se trata de casos funcionales en que además se administró la potencia exactamente necesaria. Pues aunque el caso fuera solamente funciones, si la potencia es demasiado baja o alta os encontrareis con una agravación de síntomas.
Interpretación de esas mismas observaciones pronosticas a la luz de Hahnemann: si leemos el Órganon en los parágrafos 275, 276 y 277 y la llamada 136 del parágrafo 249 veremos que es otra la interpretación que podríamos hacer de estos mismos hechos.
Paso a hacer un extracto de los siguientes parágrafos; dice Hahnemann en ellos: “la conveniencia de un medicamento para un caso patológico dado no depende solo de su exacta elección homeopática (ley de la similitud) sino también de la cantidad apropiada, o mejor dicho de la pequeñez de la dosis….debido a la impresión innecesaria y demasiado fuerte que produce sobre la fuerza vital y por medio de estas sobre las partes más sensibles del organismo y que se han afectado más por la enfermedad natural. Por esta razón un medicamento homeopáticamente apropiado al caso hace daño con cada dosis que se administre si esta es demasiado grande…. Por regla general la administración en grandes dosis de un medicamento homeopático elegido con exactitud….produce muchos inconvenientes….con frecuencia pone en peligro la vida del paciente y hace su enfermedad casi incurable….aunque la enfermedad original haya desaparecido pues ahora el enfermo sufre a consecuencia de la enfermedad medicinal semejante que ahora tiene y que es más difícil destruir…. Por la misma razón un medicamento homeopático adecuado, si es administrado a dosis bastante débiles se muestra de una eficacia maravillosa… y será más saludable cuanto más se aproxime la dosis a la exigüidad que necesita para producir suavemente la curación….el médico bien documentado y cuidados a conciencia nunca se verá obligado a usar en su práctica ningún antídoto si es que se ha dado, como debería ser, el medicamento elegido en la dosis más pequeña posible”
B. Observaciones pronosticas de Hahnemann
Si leemos atentamente el Órganon, principalmente en los parágrafos 248, 252, 253, 254, 255, 256 y 280 encontraremos las indicaciones necesarias para operar de acuerdo a la evolución del caso, es decir según lo que observamos en el paciente después de administrar el remedio en la potencia LM.
Nos vamos a referir al tratamiento crónico para simplificar las cosas, teniendo en cuenta que las indicaciones a seguir en los cuadros agudos también están claras y expresamente enseñadas en el Órganon.
Luego de haber tomado el caso y con el cuadro de la enfermedad natural claramente trazado, con ayuda del repertorio y las MM buscamos el medicamento que mejor se adecue al caso según la ley de la semejanza.
Comenzamos con potencias bajas y gradualmente la vamos elevando, teniendo en cuidado además de que durante las siete tomas de cada potencia el enfermo nunca repita la misma dinamización, sino que ésta, mediante diez sucusiones, modifique el poder medicamentoso respecto del anterior y siguiente toma del medicamento, que se hará diariamente o día de por medio según lo amerite el caso.
Hasta acá todo bien, pero, después de administrado el medicamento, cuando el paciente viene al control: ¿cómo hacemos para saber :
· Cuando y como subir la potencia
· En qué caso debemos modificar la dosis
· Hasta cuando seguir con un medicamento
· Cuando remover un obstáculo
Hahnemann nos da tres parámetros muy claros y sencillos para que evaluemos el caso:
1. Estado mental del paciente (EM) Mejoría
Agravación
2. Síntomas primitivos (SP) Mejoría
Agravación
Igual
3. Síntomas nuevos (SN) Ausentes
Presentes
Estado mental:
Mejorado: indica en principio que el medicamento es el correcto, salvo que haya síntomas nuevos.
Agravado: indica que el medicamento no es el correcto o que la dosis fue grande
Síntomas primitivos:
Mejorados: o ausentes indican que el medicamento es el correcto, con más razón si está mejor el estado mental y siempre que no haya síntomas nuevos.
Agravados: indica que la dosis fue grande
Síntomas nuevos:
Cuando están significa que hay un error en la prescripción.
De acuerdo a estos parámetros las variaciones en la conducta terapéutica consistirán en:
a. Modificar potencia
b. Modificar dosis
c. Cambio de medicación
a. Potencia: se aumentará siempre que, no habiendo SN, se revele mejoría en los SP y/o en el EM
b. Dosis: se aumentará junto con la potencia siempre que los SP y el EM no estén agravados. La dosis se disminuirá cada vez que haya SP agravados, o que habiendo mejoría en los SP y ausencia de SN, el EM este peor.
El Aumento de los SP hacia el final del tratamiento, indican que es la enfermedad artificial la que está manifestándose por sí misma. La conducta será disminuir aún más la dosis del medicamento y espaciar las tomas, o suspenderla unos días para ver cuál es el movimiento de los síntomas y si hace falta o no seguir medicando.
c. Cambio de medicación: se realizará siempre que haya SN de importancia, aún en el caso en que el paciente se sienta mejor en el EM y que hayan mejorado los SP.
Resulta preocupante observar a muchos Homeópatas repetir errores de otros colegas sin preguntarse el porqué de tales conductas, y al no plantearse las dudas prefieren no solo repetir y de hecho propagar tales conductas, sino muchas veces sacar conclusiones falaces, como por ejemplo la que oí en diversas oportunidades: “las LM si agravan al paciente por eso no las utilizo”.
Realmente es apasionante el ver como aplicando los consejos del Órganon, hoy, a casi 200 años de su primera edición gozan, como todo lo que se rige por leyes naturales, de perenne actualidad.
Esperamos que este ateneo haya “movido el piso” a muchos y que de las discusiones en este ámbito no surja otra cosa que mayor luz en beneficio de los enfermos, principales destinatarios de nuestro quehacer.
Dr. José Stagnetto
Médico Homeópata
Ateneo dictado en la Academia de Homeopatía del Tucumán el 21 de marzo de 2002