martes, 16 de agosto de 2011

Proceso y estructuración del pensamiento médico de Hahnemann.

Decepcionado con la polifarmacia de su época, Hahnemann se planteó averiguar que sustancia es un remedio, porque él veía que lo que encontraba en su época producía efectos, pero no sabía porque se tenía que dar ese remedio en un caso u otro. Entonces empezó a averiguar los casos curados, y cuando oía de alguien que se había curado investigaba el cómo y con qué remedio. Pero dice: “Jamás me encontraba con un solo remedio; siempre había una polifarmacia”. Un remedio estaba acompañado por otro, y entonces no se podía saber cual había producido el efecto terapéutico. Entonces empieza a buscar cual sería el proceso adecuado para averiguar el efecto medicamentoso de un remedio, porque aún no se había descubierto el método. La hazaña de buscar en forma rigurosa cuando una sustancia es medicamentosa, porque y en que se ha de basar su indicación es lo que lleva a Hahnemann a descubrir la homeopatía.
Como él se dedicaba a traducir las materias medicas , reflexionando sobre lo que había escrito Cullen acerca de la china, a la que le atribuía sus efectos febrífugos porque actuaba como amargo sobre el estómago, Hahnemann quiso averiguar si las sustancias amargas tenían algún efecto para quitar la fiebre. Ensayó la tintura de colombo, y vio que no tenía ningún efecto sobre la fiebre; por lo tanto, no se podía atribuir su acción febrífuga al hacho de ser un amargo. Pero había visto que la china estaba indicada en los casos de fiebre palúdica y realmente actuaba Entonces pensó: “veamos que sucede al ingerir yo mismo la china”, entonces descubre tomando tres dracmas de china pura que empieza a manifestarse todos los efectos del estado febril, con dolor de cuerpo, sequedad de boca, entumecimiento, mareo y calor febril, como si fuera un cuadro febril y curiosamente cuando dejaba de tomar la china esas manifestaciones desaparecían. Este experimento fundamental es el que lleva a descubrir el camino para averiguar cuáles pueden ser sustancias medicamentosas; es decir, describió varias cosas: primero que la china producía un cuadro semejante  a estos cuadros palúdicos que él había visto cuando había sido secretario del Baron de Bruckental en Hungría, y encontró así la analogía de la enfermedad natural y esta enfermedad artificial creada por la ingestión de la china. De ahí dedujo que la razón por la que la china curaba era justamente porque producía un cuadro semejante de la enfermedad natural. Empezó a buscar entonces libros que descubrieran los efectos puros de los remedios, pero n encontró ninguno, por lo que  decidió comenzar el mismo la investigación.
Segundo hallazgo: fue vislumbrar la ley terapéutica de la semejanza al comprender que si la china actuaba en enfermedades naturales podía hacerlo justamente porque en sus efectos primarios producía un cuadro semejante a la enfermedad natural, de donde deduce que el principio que rige la terapéutica para poder medicar es el de la semejanza.
En el par 28 dice: “como esta ley terapéutica natural se manifiesta por sí misma en todo experimento y en toda observación verdadera en el mundo, queda por consiguiente establecido el hecho; poco importa cuál es la explicación científica de cómo tiene lugar, y no doy mucha importancia a los esfuerzos hechos para explicarla”. Esta es otra característica de Hahnemann: buscar hechos. La homeopatía está basada en hechos y Hahnemann rechazaba toda explicación especulativa, en la que el gato lo hace la imaginación; el prefería el trabajo y la experimentación.
El tercer hallazgo que obtuvo de este experimento fue que si los remedios curan es porque son capaces de producir alteraciones en la salud. Un remedio anodino cuya  ingestión no produzca síntoma no es un remedio; todo remedio ha de producir síntomas y eso es un hecho incontrovertible.
Cuarto hallazgo:  Hahnemann descubrió que la enfermedad artificial o patogenesia, semejante de la enfermedad natural, es mas fuerte que la natural; es decir que la china es mas fuete que la fiebre intermitente natural, porque las enfermedades naturales no afectan a todos , mientras que las farmacológicas si, puesto que dependen de la dosis. La enfermedad natural afecta a quienes son susceptibles a ella; en cambio, con el remedio podemos afectar a todos sólo con modificar la dosis.
El quinto hallazgo fue que al experimentar con china y otros remedios se dio cuenta de que, además de las virtudes que se le atribuían como diuréticos, purgativos, emético, diaforético, etc., aparecían otros efectos terapéuticos en esferas que él ni siquiera sospechaba, y esto lo llevo al concepto de totalidad sintomática. Esta totalidad sintomática no solo es aplicable al medicamento, sino también al enfermo, con lo que al estudiar un remedio hemos de recoger todos los síntomas  que aparecen de este remedio de principio a fin.
El sexto hallazgo fue que al estudiar mas cada sustancia, mas se convencía también de que cada medicamento era capaz de producir no solo una enfermedad artificial, sino una enfermedad específica de esa sustancia medicamentosa, distinguiéndose por signos inequívocos de los síntomas producidos por las otras sustancias, a pesar que había síntomas comunes a varias de ellas. Cada sustancia verdaderamente medicamentosa es capaz de producir síntomas característicos de esa sustancia, y otra, por mas cantidad que se ingiera, es incapaz de producirlos. Además se dio cuenta de que todos los efectos no se obtendrían de una sola persona, y para poder obtener verdadera constelación sintomática de un remedio hay que ensayarlo en distintos sexos, edades y constituciones.
El séptimo hallazgo fue que al estudiar la patogenesia de los remedios fue darse cuenta de que todo remedio tenía dos efectos: al principio tenía unos determinados síntomas y después de un tiempo aparecían efectos opuestos consecutivos o reactivos que después llamaría curativo. A la primera la llamó “acción primaria” y a la segunda “acción secundaria” o terapéutica.
El octavo hallazgo  fue que de experimento en experimento, y buscando un término medio en la cantidad de de las dosis que podía administrarse sin causar accidentes graves al experimentador, advirtió que todos los medicamentos eran aptos tanto para producir efectos patogeneticos como curaciones con dosis infinitamente más pequeñas que las dosis convencionales que se usaban entonces. Fue descendiendo progresivamente en la cantidad encontrando la maravilla de que el hombre es muy sensible a dosis que no son ponderables; el hombre no necesita cantidad de remedio para  reaccionar, ya que nuestra fuerza vital es tan sensible que con dosis infinitamente pequeñas se puede equilibrar. Por eso empezó a pensar que los remedios no actúan por acción física, sino dinámica, y que la patología es un fenómeno de la naturaleza dinámica, no física, ya que podía será afectada por un remedio que no era mensurable en medidas físicas, y se afectaba, curaba o equilibraba por acción dinámica.
Hahnemann nos cuenta cómo llegó a estas dosis infinitesimales en el artículo de china de la MMP: “ no es en virtud de una opinión preconcebida ni por amor de la singularidad por lo que me decidí a favor de tan débiles dosis, tanto para la china como para cualquier otra sustancia. Yo he llegado a esto después de experiencias y observaciones a menudo renovadas, que me han demostrado que las más grandes cantidades de medicamentos, aun en casos que hacen bien, actúan con más intensidad de lo que es necesario para obtener la curación. También las he disminuido, y como yo observé siempre los mismo efectos , aunque en un grado menor, he descendido hasta las dosis más mínimas que me parecen suficientes para ejercer una acción  saludables  sin actuar con una violencia capaz de retardar la curación” Y en el capítulo de arsénico dice : “ pero el médico , que debe ser un pensador, un hombre instruido y libre que debe mandar sobre la naturaleza, ¿ qué ley detestable podría impedirle hacer inofensiva una dosis peligrosa aminorándola; quién puede impedirle, si él ha reconocido que una milésima de grano es demasiado fuerte, recurrir a una cien millonésima o millonésima de grano? ¿ Quien le impide disminuir aún el millonésimo a un billonésimo , si ha observado que el primero es demasiado fuerte?. En efecto, nada se aprende en la medicina más que por el estudio de la experiencia, ay que es una ciencia de la observación…… la experiencia que reposa sobre los hechos y contra la cual no hay ninguna apelación; solo ella puede decidir si una fracción  es demasiado débil para luchar contra las enfermedades, para destruir aquellas para las que el medicamento es apropiado y hacer al organismo volver a la salud. En el caso presente no son las sentencias salidas del gabinete de estudio; es la experiencia el único  juez competente y el único recurso”.
Bibliografía: Lecciones de homeopatía- Dr. Shuji Murata. Editada: Academia de Homeopatía de Asturias. Año 1990.



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