martes, 11 de octubre de 2011

Potencia y dosis en casos agudos.

Dr. José Stagnetto
Médico Homeópata
Ateneo dictado en la Fundación Academia de Homeopatía del Tucumán.
Julio de 2002




Vamos a tratar uno de los ítems mas oscuros del método homeopático, por se un tema en el que muy pocos coinciden supuestamente porque el autor no lo dejó claramente establecido. Podríamos decir que es una cuenta pendiente que tenemos los homeópatas con los pacientes. Ahora, para saldar esa cuenta deberíamos empezar por ponernos de acuerdo en las definiciones más elementales. Cómo no va haber confusión si el mismísimo Kent no tiene clara la diferencia entre dosis y potencia; ni Ghatak, ni Roberts, ni, ni, ni….mejor no nos enojemos y humildemente hagamos “borrón y cuenta nueva” y nos sentemos con la mente abierta y los prejuicios atados  a escuchar una hipotética clase del creador del método.

Queridos Homeópatas de Tucumán, yo les he dejado en mis obras conceptos sumamente claros y precisos, pero no pretendan buscar soluciones fáciles y medidas simplistas, siéntense a estudiar y sepan aplicar lo que escribí hace ya 200 años y que hoy tiene plena actualidad. Hay temas en los que he preferido no reducir mi enseñanza a cuadros para los débiles o los negligentes. En el tema de hoy voy a confiar en el rigor, en la diligencia y en la reflexión de los capaces dominadores del arte, pues tengamos en cuenta que hay una enorme diversidad por un lado entre un enfermo y otro (edad, excitabilidad, desarrollo espiritual, desarrollo corporal, energía vital) y por otro lado en la naturaleza de las enfermedades que pueden ser natural y simple y a su vez reciente o antigua, o bien natural y complicada (varios miasmas) o también deteriorada con síntomas medicamentosos. Entonces no se engañen ni se dejen engañar por aquellos que dicen, por ejemplo, que en las enfermedades agudas se debe usar potencias bajas; pero lo que me hace mucha gracia es oírlos decir indistintamente  dosis, potencia o dilución como si se tratara de lo mismo. Revisen bien mis escritos y se van a percatar que cuando hablo de dilución me refiero a una simple disolución de la sustancia buscando atenuar su efecto, y cuando digo dosis hablo de cantidad de medicamento, para regular la fuerza del mismo, aquella fuerza que le debo imprimir para  lograr que esa enfermedad artificial pueda desplazar a la natural, ocupando su lugar y luego mansamente (si la dosis fue suficientemente pequeña) dejarse vencer por la energía vital; y cuando digo potencia hago referencia al grado de desarrollo del poder medicamentoso que se logra mediante la trituración y sucusión del medicamento. Este poder del medicamento aumenta a medida que por la dinamización progresiva se van liberando nuevos síntomas que esa sustancia puede potencialmente llegar a producir.

Muy bien mis colegas, ya después de estas aclaraciones voy a limitarme a darles algunos consejos respecto de la dosis y la potencia en los cuadros agudo. He visto que mucho de ustedes dan la potencia 6ta, algunos 10 glóbulos por toma, otros mas consientes 5 por vez; otros que se manejan en los agudos con la 30ch “mía” o con la 200 o con la 1000. Tengan mucho cuidado con esto porque he visto muchos pacientes de ustedes seguir alegremente tomando los glóbulos por días y semanas, a veces ocultando la enfermedad que querían curar, si no se fue sola por su propia evolución, con una hermosa patogenesia del medicamento que toman. He visto…he visto….he visto….mejor ni les cuento, seamos positivos y sigamos para adelante ya que los veo con muchas ganas de hacer las cosas mejor.

Antes de seguir tengamos en cuenta que si vamos a hablar de cuadros agudos debemos dejar antes claro que nos estamos refiriendo a una gama muy amplia de procesos patológicos.

Un cuadro agudo puede ser o bien procesos independientes de la enfermedad crónica, esté en tratamiento o no, que yo les llamo “enfermedades intercurrentes” o “enfermedades intermediarias aisladas” (epidémicas o esporádicas), como también, indisposiciones o traumatismos; o bien se podría tratar de procesos agudos dependientes de la enfermedad crónica como ser una agudización de un miasma crónico, un síntoma de retorno o algún proceso exonerativo, o incluso podrían toparse con procesos relacionados con el mismo tratamiento homeopático, por alguna de las 3 faltas capitales que les mencione, a saber, síntomas nuevos debido a que no hicieron una buena elección del medicamento (primera falta capital), o una agravación homeopática, es decir aquellos síntomas primarios del medicamento que el paciente siente como si fueran propios, y que se deben a no haber moderado suficientemente la dosis de un medicamento bien elegido en cuanto a la homeopaticidad (segunda falta capital) o los síntomas secundarios  que debidos también a la misma falta, aparecen cuando entran a tallar los síntomas no homeopáticos del medicamento.

Ya saben ustedes que las exoneraciones y los retornos en principio no hay que tratarlos; ya les explique también como manejarse en aquellos casos en que no hayan cumplido con el tercer precepto del parágrafo 3 del Órganon: a saber “y si sabe cómo adaptar, conforme a principios perfectamente definidos…”.

Justamente para saber cómo adaptar la enfermedad artificial al proceso natural, en este caso agudo, debemos tener presente que pueda tratarse o bien de un proceso moderado o serio, reciente o bien instalado, febril o no febril; o bien tratarse de un adulto o de un niño, de un enfermo más o menos excitable, etc. , etc. 

Como primera aproximación tengamos en cuenta como les digo en el párrafo 236 de EC que en los males agudos los medicamentos deben administrarse a intervalos cercanos. Para no molestarles su atención, y para obligarlos a que sean más estudiosos, si es que fuera posible, por lo selecto de este grupo….digo, en lugar de ir dando la cita de cada parágrafo del Órganon o párrafo de EC, cumplo y de una sola vez en informarles que lo que vamos a pasar a tratar lo podrán leer en los parágrafos 154, 237, 238, 246, 247, 248, llamada 155, 272 y 284, y en los párrafos 240, 241, 246, 262 y en mi hermosísimo prólogo a las enfermedades crónicas de 1837, modestia aparte… es que cuando escribí esas líneas estaba sumamente inspirado, y tengan en cuenta que después de la segunda edición de EC de 1835, había madurado muchas cosas, estaba en mi cabeza incluso mi nuevo y perfecto método modificado de la escala cincuenta milesimal, que plasmé luego en la 6ta edición de mi Órganon allá por 1842-3. Tengan en cuenta estas referencias para aquellos temas, muy poquitos, en los que me contradigo, denle más crédito a la 6ta edición, pues no me alcanzó la vida para retocar después las EC…Bueno, no nos pongamos tristones, porque el que haya muerto o no en 1843 depende hoy en día de ustedes y de los que después formen….miren que responsabilidad….

Para entrar más de lleno en el sumamente práctico tema con que este discípulo tituló este presente ateneo vamos a transcribir algunas frases de distintas partes de mi obra que hacen a la cuestión:
·         Las dosis más pequeñas y de acción más cortas son por olfacción.
·         En los pequeños males agudos es suficiente la olfacción.
·         Además de la lengua, la boca y el estómago…como todo el revestimiento cutáneo…la nariz y los órganos respiratorios también se usan, con el medicamento en forma líquida, para la administración de los medicamentos recibidos por medio de la olfacción y la inhalación a través de la boca.
·         La dosis del medicamento por olfacción debe ser suficientemente justa sin que llegue más profundamente, para evitar que se prolongue su acción por más tiempo.
·         Si se usa el medicamento por olfacción, esta dilución también debe agitarse vigorosamente ocho o diez veces antes de cada olfacción.
·         Yo hago olfatear…al enfermo…una o dos veces con cada narina, según desee producir una impresión más o menos marcada.
·         En seco la acción del medicamento es más débil.
·         Un glóbulo del tamaño de una semilla de adormidera (la conocen ustedes como amapola) puesto sobre la lengua es una de las dosis más pequeñas, pues toca solamente pocas terminaciones nerviosas.
·         Si una enfermedad es reciente se curará con la primera toma del medicamento.
·         El mismo gránulo triturado en lactosa y disuelto en agua, al impresionar muchos nervios será un medicamento mucho más poderoso.
·         Cuando se espera que la acción sea más débil, dar el glóbulo en seco. Si la dosis debe tener un efecto más fuerte, entonces se la coloca en agua, mayor cantidad cuanto más fuerte necesite ser el efecto
·         En las enfermedades recientes y moderadas es suficiente un glóbulo puesto sobre la lengua.
·         Según mi experiencia en las enfermedades de alguna importancia (crónicas, semi agudas y agudas) conviene usar dosis diluidas y fraccionadas.
·         Cuando aparece una enfermedad intercurrente y no es demasiado grave, a veces es suficiente administrar el medicamento por olfación. De esa manera se acorta notablemente el tratamiento.
·         En fiebres agudas conviene dar pequeñas dosis de dinamizaciones más bajas y a cortos intervalos.
·         En las fiebres intermitentes se administra el medicamento en el período apirético, inmediatamente terminado el acceso. Si el período apirético fuera muy corto o alterado por los síntomas que siguen, dar el medicamento cuando el sudor o los otros síntomas van disminuyendo.
·         Lo mejor es repetir las tomas en dosis regulares modificando la potencia en cada toma como mi más novedoso método de repetición de las tomas.

Todo esto está dicho por mí: búsquenlo, lo que no lo crean, con las referencias que le di hace un rato….y pensar que uno tiene que oír decir por ahí que lo referente a las potencias en las enfermedades agudas esta supeditada a la experiencia de cada uno ya que yo no dije nada al respecto… ¡por favor!


A continuación vamos a ordenar un poco las cosas para que sepamos cómo actuar en cada caso basándonos en principios de fácil comprensión para cumplir con la altísima y única misión del médico, que es lo que se llama curar, pues su misión no es forjar los llamados sistemas, mezclando ideas huecas e hipótesis…perdón, me entusiasma estar entre ustedes….
Decíamos que para ordenarnos vamos a tomar los siguientes parámetros a tener en la cabeza cuando frente a un cuadro agudo debemos elegir la forma de actuar más conveniente.

1º ¿por boca o por olfación?
2º si es por olfación: ¿cómo regular la dosis?
3º si es por boca: ¿en qué dosis? ¿En seco o diluida?
4º si es diluida: ¿única toma o a intervalos?
5º si es a intervalos: ¿con qué frecuencia y hasta cuándo?


Vamos a pasar a considerar cada uno de los puntos a la luz de mis enseñanzas y para finalizar los dejaré con la gente de esta academia para que les indiquen algunas cositas que hacen a la práctica y depende ya  de la pequeña experiencia de algunos. No me puedo quedar mucho porque después de aquí tengo que ir a enseñar a montones de escuelas de homeopatía del planeta…pero no del planeta tierra.


OLFACIÓN
Como ya dije antes, conviene usar esta vía en los enfermos sumamente impresionables en los casos crónicos, pero ¿en qué casos agudos? : Cuando se trate de una enfermedad intercurrente y queramos interrumpir lo menos posible el tratamiento del miasma crónico.
Recuerden que gracias a ésta vía de tratamiento que es la más suave y más corta, a veces el medicamento antipsorico tomado con anterioridad no interrumpe su acción.
Como lo único mas que les digo de este tema es que se diluye un glóbulo en una dracma de alcohol diluido, y como bien saben que si repiten la administración por olfación se debe modificar la dinamización de cada toma, queda a la diligencia y reflexión de los capaces dominadores del arte de deducir que una dracma es igual a 60 granos, pero como ustedes están en Argentina busquen y encontrarán en sus diccionarios del siglo XXI que una dracma equivale a 3,594 grs. No les digo cuanto de diluido debe ser el alcohol, que eso pues lo determinen las y los farmacéuticos, y no se olviden de interpretar mis queridos farmacéuticos que el frasco donde guarden el glóbulo diluido para la olfación, que hayan indicado los distinguidos médicos homeópatas Tucumanos, debe ser de color caramelo y guardar la cámara de 1/3 de aire para una eventual sucusión.
No se preocupen si el paciente que va a recibir la medicación por olfación puede estar por ejemplo, resfriado y sin olfato, pues son solamente los nervios táctiles los que reciben  la impresión curativa y la transmiten al sistema nervioso entero. En el caso de que por alguna razón fuera imposible por vía nasal, recuerden que pueden inhalar por la boca, y que la dosificación además de la cantidad de medicamento que tenga el frasco, se la regula con la intensidad de los movimientos inspiratorios y/o una o dos narinas.


VÍA ORAL-dosis única
Les dije hace un rato que la enfermedad cuando es reciente y moderada es suficiente con la dosis única, y optarán por un glóbulo en seco o diluido según se trate de las características de la enfermedad y el paciente.
Acá vale mi aseveración de la tercera falta capital del médico homeópata: no interfieran la acción de esta dosis hasta que no se haya agotado el efecto.
Pueden a este mismo glóbulo triturarlo en lactosa y diluirlo en agua si desean una acción mayor, pues recuerden que así impresionarán mas terminaciones nerviosas… y así el medicamento se volverá más poderoso, cuanto más agua le pongan….ay, ay me acabo de acordar, y qué culpa tiene James Taylor en esto, que todavía hay homeópatas que dicen que la dosis no tiene importancia….


VÍA ORAL-dosis fraccionada
¿Cuándo usar en un cuadro agudo esta forma de administrar el medicamento?
Ya les dije:
·         Según mi experiencia en las enfermedades de alguna importancia (crónicas, semi agudas, y agudas) conviene administrar dosis diluidas y fraccionadas.

¿En qué dosis?
Ven, casi todo tengo que decirles: un gránulo de las dinamizaciones más bajas en 7, 10 o 15 cucharadas soperas de agua pura (porque para las enfermedades crónicas que debe durar el agua varios días, además de ser la proporción distinta, aconsejo alcohol o un pedazo de carbón como conservante)
De esa solución, administre al enfermo una cucharada sopera modificando la dinamización en cada toma con 10 sucusiones.
En los chicos pueden darles, para que lo acepten mejor en el recipiente habitual y azucarada. Y en ello den mejor media cucharada por vez o menos.
Si se les llega a terminar la solución preparada del medicamento que están administrando y deben seguir con el mismo, entonces vuelvan a preparar pero tengan en cuenta que tienen que nivelar la dinamización: cuenten las tomas que ya hizo  y el número de sucusiones y en la nueva solución alcancen y pasen un poco ese número para seguir después aumentando en cada toma la medicación  con 10 sucusiones por vez.


¿Con qué frecuencia?
Eso depende de cada caso y les dejo librado a la diligencia y a la reflexión de los capaces dominadores de su arte….
Pero les doy una aproximación: cada 2, 4, 6 horas en general. Si la enfermedad aguda es un caso más urgente háganlo cada 30 o 60 minutos. Y en un caso tan urgente como por ejemplo el cólera asiático, mucho más frecuentemente.


¿Hasta cuándo?
Siguiendo los intervalos regular que dijimos seguiremos hasta…creo que están en condiciones de deducirlo ustedes mismos….hasta que los síntomas primitivos (los de la consulta) empiecen a exaltarse…Igual que con la LM en los casos crónicos, cuando llega la agravación final. ¿Qué hacer en este momento entonces?: también pueden deducirlo ustedes mismos: disminuir la cantidad y espaciar las tomas….


Bueno, mis queridísimos discípulos tucumanos, sigan adelante, no se queden solo con lo mío, progresen, avancen, pero no desvirtúen más mi método, que no es mío: es un regalo de la Divinidad para provecho de los enfermos.







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